¿Cuál es la puerta de entrada idónea del aire, la boca o la nariz?


Los médicos abogan unánimemente en favor de la nariz.

La respiración por la boca constituye en su opinión únicamente un acceso auxiliar (para el caso en que no se disponga de la vía nasal, como en el caso de un resfriado con inflamación de la mucosa nasal).

Al pasar el aire por la nariz, roza tres cornetes recubiertos por mucosa, caléntandose tanto al hacerlo que, incluso en lo más crudo del invierno, ha alcanzado casi la temperatura del cuerpo al llegar a la tráquea.

La mucosa de los cornetes nasales se encarga además de humidificar el aire; contribuye a ello el líquido lagrimal, que fluye continuamente a la nariz por los conductos lagrimales. La mucosa respiratoria se halla recubierta por innumerables pestañas vibrátiles que devuelven hacia afuera una parte de las partículas de polvo y carbón aspiradas, envueltas en moco.

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